martes, 31 de agosto de 2010

TERIMA KASIH BALI 4

17 agosto 2008
Hacemos surf por la mañana en Balangan. La verdad que nada del otro mundo. Comemos y jugamos una partida de cartas.
Por la tarde vamos a Dreamland a ver que tal, pero el baño también resulta bastante nefasto. Está claro que estar en Bali no es garantía de surf perfecto todos los días.
Por la noche tenemos barbacoa en el warung. El marido de Made prepara el fuego en la playa mientras tomamos unas cervezas. Ha ido por la mañana al puerto de Jimbaran a comprar tuna, gambas, red snapper, etc…
Tengo a Doi en mis brazos y parece que poco a poco voy me ganando su confianza. Llevamos más de diez días en el warung y desde el primero este niño me ha robado el corazón. Cada día intento jugar con él, le hago bromas, le digo cosas, pero no hay manera. De vez en cuando me brinda alguna sonrisa o un par de minutos de su tiempo para luego dar media vuelta e ignorarme. Es una batalla perdida y lo entiendo. No soy más que un forastero que está ocupando su casa y restándole tiempo de sus padres. Desde que ha nacido lleva recibiendo forasteros nuevos en su casa todas las semanas y con cuatro años de edad ya debe estar un poco harto y más si todo el mundo le dice cosas y le hace gracias como si fuera un mono de feria. Por todo esto, creo que entre él y yo hay una especie de pacto de no agresión. Aunque tenga cuatro años él pone las reglas y eso implica que va a jugar conmigo cuando él quiera y no cuando a mí me apetezca. Y que le puedo seguir comprando Pringels y chocolatinas cuando vaya al pueblo aún sabiendo que eso no va a cambiar nada.


Disfrutamos de una cena deliciosa, entre risas e historias, pero al finalizar la cena transcurre un capítulo desagradable en el viaje. Carlota y yo tuvimos una fuerte discusión. Los dos tenemos un carácter muy fuerte y llevamos casi veinte días juntos las 24 horas. En un par de ocasiones habíamos tenido cierta tensión pero ambos nos mordimos la lengua. Está claro que esta noche ninguno de los dos se la quiso volver a morder y que tampoco íbamos a dar nuestro brazo a torcer. Decidí retirarme a mi habitación y evitar mayor enfrentamiento. Tenía una sensación de rabia y de pena porque, es la novia de Sergi, uno de mis mejores amigos, porque la quiero y la he tratado bien y cuidado desde el primer día, y estas situaciones no le gustan a nadie. Pero nuestro carácter a veces chocaba y era inevitable el enfrentamiento, tarde o temprano tenía que pasar. Sólo quedaba dejar pasar unos días para volvernos a abrazar y pedirnos perdón.

18 agosto 2008
Tras el desagradable incidente de la noche anterior, bajo a desayunar y el silencio se apodera del warung. Creo que va a ser un día de introspección personal.
Hacemos surf por la mañana, por suerte con mejores olas que el día anterior. Comemos, descansamos y volvemos a hacer surf por la tarde. Cena y a dormir.
Está claro que la introspección se lleva mucho mejor cuando se hace surf.

19 agosto 2008
Desayunamos y nos metemos a hacer surf. Tampoco hoy es un gran día de olas. El swell soñado parece no llegar nunca. Después de comer y descansar un poco, los chicos deciden ir a Dreamland, pero yo prefiero seguir con mi introspección acompañado de un libro y la guitarra.
Al atardecer aparece nuestro amigo bohemio Johnny. Cargado con láminas y camisetas que el mismo pinta.Le dejo mi guitarra y nos vuelve a deleitar con sus canciones mientras vemos la puesta de sol con una Bintang en la mano. Otro de esos momentos inolvidables que Bali te ofrece a low cost.

20 agosto 2008
Hoy sí! Por fin ha subido la fuerza, las olas no tienen nada que ver con los días anteriores. Sin pensarlo vamos al agua. Nos damos un buen baño por la mañana, comemos y nos volvemos a meter. Las olas están muy rápidas como siempre pero si la eliges bien parece que abren un poco más. Estoy cerca de Sergi y me viene una perfecta, me doy media vuelta y a por ella! El take off es bueno, me siento seguro en la ola a pesar de ir de backside, sólo oigo silencio, y veo por el rabillo del ojo como las palmeras en la playa pasan a toda velocidad. Como cuando miras de reojo por la ventanilla de un vagón de tren. Pero este vagón es de agua y lleva mucha fuerza. No quiero bajarme, no quiero llegar a la estación, estoy demasiado bien aquí encima. Pero la pared de la ola empieza a enroscarse, me voy a agachando y con mi mano derecha agarro fuertemente el canto de la tabla. Mierda! Queda muy poca agua bajo mis pies! Y ya es demasiado tarde! Estoy dentro del tubo un par de segundos pero no hay salida. He llegado a la estación sí o sí. Todo está oscuro, hay mucha espuma y de golpe mi cabeza golpea contra el reef. Había menos de un metro de profundidad. No he sido prudente y no he sabido salirme antes de que fuera demasiado tarde. Recupero la tabla y remo hacia dentro para evitar que me sigan cayendo series encima. Cuando ya estoy a salvo me toco la frente y veo mi mano con sangre. Da igual, la mejor ola del viaje, bien vale un corte y un chichón. Me pego una buena remada para volver con los chicos que me ven llegar con una sonrisa de oreja a oreja y mi herida de guerra.



Cuando llegué al warung y Made vio mi corte, entró en la cocina y salió con media lima en la mano. Me la dio y me dijo que me la aplicara durante un rato. El chichón da igual pero los cortes con el reef son un problema. Un cortecito de nada puede acabar siendo un agujero, sino lo desinfectas bien y lo mantienes seco, cosa bastante improbable dadas las circunstancias. Tras las curas nos duchamos y nos fuimos a Jimbaran a cenar. Paramos un momento en un “Cyber” de la carretera, para conectarnos a internet, mirar mails y enviar noticias a la familia y amigos.
Cenamos en un japonés del pueblo, que no estaba mal, pero comparado con el de Seminyak en Kuta, que es nuestro preferido, no hay color.

21 agosto 2008
Desayunamos y cogemos el coche con nuestras tablas. Vamos a Impossibles, pero está raro, Bingin tampoco pinta muy bien. Decidimos ir a Uluwatu.
Nada más llegar y tras discutirnos con la mafiosa del parking que nos quería hacer pagar, vemos que está pequeño. Cuando digo pequeño me refiero a que cuando está normal nosotros nos quedaríamos mirando desde fuera. Entra alguna serie de unos dos metros aproximadamente, por lo que está asequible para nosotros, y no se si vamos a tener muchas oportunidades como esta. Ahora o nunca! Let´s go!

El corazón me va a dos mil. Uluwatu es una de las olas más míticas de todo el mundo. El sueño de cualquier surfista es poder surfearla algún día y hoy nosotros vamos a cumplir ese sueño.
Todo en Uluwatu parece como creado por los dioses. En lo alto del acantilado se alza el majestuoso templo Pura Luhur, dedicado a los espíritus del mar. Las vistas son espectaculares y su belleza arquitectónica también. A sus pies las olas juegan con los mortales, que deben entrar al mar a través de una enorme cueva natural cavada en la roca. Sin duda, todo este entorno te hace sentir una energía especial difícil de explicar.

Bajamos las escaleras de la cueva. La marea está baja, pero cuando suba, el agua cubrirá parcialmente la cueva. Con lo que el regreso será otra aventura.
Empezamos a remar y notamos que la corriente es muy fuerte. Nos desplaza hacia la derecha, por lo que es imposible remar en línea recta hacia el pico, debemos dar un rodeo hasta llegar a una zona libre de corriente y luego aproximarnos en paralelo a la costa.
Por fin llegamos! Me siento en la tabla y me doy cuenta de la importancia del momento. Estoy en Uluwatu! Ante mis ojos el acantilado, el templo, la cueva, los warungs amontonados en la montaña y a mi alrededor entre 80 y 100 surfistas llegados de todo el mundo, en su mayoría australianos, sin la más mínima intención de ceder una ola a nadie.
No tardamos en darnos cuenta que coger una ola no va a ser tarea fácil. Os aseguro que no hay ni un patata en el agua. Aquí el más tonto hace relojes. Las series vienen bien marcadas y la gente está muy bien colocada. De vez en cuando entra alguna serie grande y nos toca remar para no ser cazados. Los minutos pasan y no hay manera, pero está claro que no hemos llegado hasta aquí para disfrutar de las vistas y ponernos en remojo.
Chicos! Vamos a darlo todo! Go go go!

Jordi, se lanza con una derecha

Sergi, con un buen estilo de frontside

Dani, con una buena izquierda

Se va a poner rápida Jordi
Buena Sergi! Buena!

Después de unas tres horas en el agua, decidimos regresar. Está claro que ha subido la marea y hay que buscar bien la entrada de la cueva. La corriente sigue siendo fuerte y no se puede fallar al entrar. La verdad que es una sensación alucinante salir del agua entrando por una cueva. El mar rebota entre las paredes y hay que ir con cuidado de no golpearnos. Más tarde nos explicaron que al año anterior había muerto una chica italiana, ya que la marea estaba muy alta y el swell era fuerte. Una ola la subió y la golpeó contra el techo de la cueva.
Subimos las escaleras y vamos en busca de Carlota que se ha quedado esperando en un warung con nuestras cosas. De camino, unos chicos balineses con un ordenador nos llaman. Hey boss1 Hey boss! ¿Do you want your pictures?
¿Qué? ¿Nos han hecho fotos? Deben estar confundidos, cómo van a hacer fotos a unos patatas. Tras la insistencia del balinés, decidimos acercarnos a su rudimentario despacho y ver las fotos. Nos pregunta desde que hora llevamos en el agua, entra en unas carpetas y nos empieza a mostrar. Las fotos son buenísimas, de mucha calidad. Salen todos los surfistas que estaban con nosotros en el agua, olas y maniobras que podíamos recordar perfectamente ya que las habíamos grabado en nuestras retinas minutos antes.
Al momento aparece otro chico balinés con una tarjeta de memoria que se la entrega y recoge otra nueva. Es uno de los fotógrafos, tienen unas cámaras alucinantes con unos objetivos enormes, y disparan a discreción a todo el mundo. Cuando llenan la tarjeta la entregan al chico del ordenador y ponen otra nueva. Es un negocio bien montado, sólo para gente local, no permiten el intrusismo de extranjeros con ganas de hacer business,. Es un negocio 100% seguro. ¿Quién no pagaría por una foto suya haciendo surf en Uluwatu?
Una vez encontradas nuestras fotos, nos dice que si vamos a venir más días nos las guarda en una carpeta para sumarlas a las siguientes. Perfecto!
Tomamos unas cervezas y comemos en el warung donde nos esperaba Carlota, mientras entre risas explicamos las batallitas del día.
A todos nos recorre algo especial por el cuerpo. Llevamos ya muchos días en Bali y muchas horas de surf, pero hoy ha sido especial para todos.
Por la noche en nuestro warung de Balangan, cenita, partida de cartas, un poco de guitarra y a dormir. Mañana nos espera un nuevo día.

22 agosto 2008
Estoy resfriado y el swell hoy está pequeño, prefiero descansar y recuperarme. Los chicos sin embargo se dan un baño. Todos los días suman en el surf.
Mientras Made prepara la comida hemos estado charlando y me ha comentado que mañana su hijo mayor cumple 14 años. Genial! ¿Lo celebraremos, no? Haremos una fiesta!
Made, se me queda mirando con cara extraña durante unos segundos. Luego me dice que no con la cabeza.
¿Por qué? Le pregunto.
Ella me dice que nunca lo han celebrado, que no pueden. No tienen dinero para esas cosas. No puedo creerlo, un niño de 14 años que nunca ha celebrado una fiesta de cumpleaños.
Decido no incomodar más a Made con el tema. Me sorprende, porque soy un occidental de 30 años que de lo único que se ha tenido que preocupar cuando era pequeño y llegaba mi cumpleaños, era de elegir los juguetes que más me gustaban. Y ahora que no soy tan pequeño, en elegir el restaurante y el local más fashion de Barcelona para reunir a todos mis amigos y pedir gin tonics de marca.
Todas estas reflexiones me las he ido planteando mientras los chicos han estado haciendo surf. Y en cuanto salen, les comento, qué les parece la idea de organizar mañana por la noche en el warung una fiesta de cumpleaños.
A todos les parece fantástico. Decidimos que una buena idea sería hacer una barbacoa de pescado para todos. Nuestra familia balinesa al completo, Fabio, el Aviador, etc…
Vamos todos a hablar con Made y le decimos que mañana por la noche queremos hacer una gran barbacoa, que avise a su marido para que compre el pescado en el puerto de Jimbaran. Pero que esta vez no se olvide de comprar comida para todos, porque vamos a hacer una fiesta de cumpleaños y vamos a cenar todos juntos para celebrar el 14 aniversario de su hijo mayor. No olvidaré nunca su cara. Se quedó callada. Sus ojos se humedecieron y brillaban. Sin hablar nos estaba dando las gracias.
Por cierto, Made. Dile a tu marido que compre de todo. Tuna, gambas, red snapper. Es una fiesta y hay que tener una mesa de gala. Ahhhhhh, no te olvides del pastel y de invitar a todos los niños de los warungs de Balangan.
Estábamos todos emocionados con la idea. No era gran cosa, pero sentíamos que era una buena forma de agradecer lo bien que nos habían tratado todo este tiempo. Realmente eran unas personas magnificas.
Ahora sólo nos faltaba una cosa. Hay que pensar un regalo.
Después de darle muchas vueltas a la cabeza, alguien dijo… ¿Por qué no le compramos una termo lycra para hacer surf? Siempre sale del agua tiritando muerto de frío.
Tenía razón. Todos los días entraba a hacer surf con su mejor amigo a las 6 de la mañana antes de ir al colegio. Levaban unas tablas viejas llenas de reparaciones que cualquier otro surferito occidental tiraría directamente a la basura. Y siempre que salía del agua, se pasaba 10 minutos tiritando, mientras se secaba y se ponía la ropa para ir al colegio. A esa hora, más o menos nosotros estábamos desayunando y veíamos las escena un día tras otro.
Era una buena idea, una termo lycra no nos costaría más de 30€ o 40€, a repartir entre todos. Algo insignificante para nosotros e impensable que su madre se gastara nunca en semejante capricho.
Otro tema… no vamos a dejar que su hermano pequeño Doi de 4 años, se quede mirando. Podríamos comprarle un detalle también, aunque no sea su cumpleaños.
El año que viene comienza el colegio.
Dijo alguien. Le podríamos comprar una cartera para llevar los libros. Y se la podemos llenar de caramelos. Genial! Esta tarde iremos a los outlets de Kuta y compramos los regalos.
Tras las compras, nos vamos a cenar al japonés de Jimbaran. No es nuestro preferido pero nos pilla de camino a casa.

23 agosto 2008

Volvemos a Uluwatu a hacer surf. El tamaño de las olas vuelve a ser asequible para nosotros y repetimos una buena sesión. Al salir, compramos las fotos del otro día, más las nuevas de hoy. En total después de regatear el precio nos cuestan 30.000 Rp.

Por la tarde nos damos otro baño de surf en Balangan. Cuando salimos, los preparativos de la barbacoa ya estaban en marcha. Estaba claro que todos los niños de Balangan ya estaban avisados del evento porque no paraban de corretear por nuestro warung. El marido de Made se encargaba del fuego. Made y Sri habían preparado gran cantidad de arroz y verduras. Mientras el pescado y las gambas aguardaban el fuego. El aviador y Fabio también estaban por el warung. Todos colaboramos un poco en adecuarlo todo. Estaba claro que éramos demasiados para comer en la mesa, por lo que decidimos cenar sentados en círculo en el suelo del chill out con todos los platos en el centro.
Entre risas y bromas disfrutamos de una cena deliciosa. Llega el momento del pastel, de soplar las velas y de darles los regalos. Todos los niños se amontonan alrededor del pastel. El hijo mayor de Made está feliz, es algo nuevo para él. Su primera fiesta de cumpleaños!


Entre aplausos y felicitaciones sopla las velas, y corta el pastel para repartirlo entre todos.

Llega el momento de darle el regalo. Su cara es un poema, está alucinando. Nos da las gracias a todos y abre la bolsa. Una termo lycra! Se acabó pasar frío!

Doi se queda mirando a su hermano con los ojos como platos.
Doi, it´s for you!
No entiendo nada, debe pensar. ¿Si el cumpleaños es de mi hermano? ¿Qué es esto? ¿Es para mí? Una cartera! Hay cosas dentro! Caramelos!
Cogió su regalo con fuerza y se alejó a un rincón del warung para examinarlo con tranquilidad. Luego se acercó a su madre y le pidió que se la pusiera. Que contento estaba con su cartera! Se hubiera ido al colegio aquella misma noche.

24 agosto 2008
Tras una jornada cargada de emociones, amanece un nuevo día en Balangan.
Mientras desayunamos, observamos que ha llegado una pareja nueva el warung de al lado. Al oírnos hablar, se dirigen a nosotros y nos preguntan si somos españoles. Sí de Barcelona, contestamos. Y damos paso a las presentaciones. Se llaman Antonio y Cristina, y son de Cádiz y Santander respectivamente. Aunque actualmente los dos residen en Santander ya que trabajan en la Universidad de realizando proyectos medioambientales. Durante un buen rato, intercambiamos impresiones sobre el país y el viaje. Ellos acaban de llegar y está claro que toda la información que le podamos aportar les va a servir de gran ayuda. La verdad que son encantadores. Antonio es un buen surfista que ha viajado bastante y Cristina está aprendiendo pero no le falta entusiasmo. La verdad es que los dos parecen encantadores. Nos comentan que necesitan tablas y nos ofrecemos a acompañarlos a la tienda de Adi en Kuta. Adi ya nos conoce, es un buen tipo y les va a hacer un buen precio.
Nos damos un bañito por la mañana y después de comer otro, pero la verdad es que el de la tarde no nos deja demasiado buen sabor de boca. Hay demasiada gente y hay que luchar mucho las olas.
Aprovechamos que bajamos a Kuta para hacer algunas compras de regalitos para familiares y amigos. Mientras, Antonio y Cristina eligen sus nuevas tablas en la tienda de Adi. Tras las compras aprovechamos para quedar con Christian “Guiri” para cenar y ponernos al día.

Aprovecho para hacer un pequeño inciso sobre Antonio y Cristina, sobre lo pequeño que es el mundo, sobre las señales, las casualidades y las bonitas sorpresas que te puede dar la vida.
Este invierno decidimos pasar las navidades en Tarifa, para hacer surf y windsurf. Había un buen parte de viento y olas en la zona. El 31 de diciembre del 2009 el viento soplaba muy fuerte en Tarifa, había más de 30 nudos y el mar estaba desfasado. Teníamos que buscar un buen sitio para navegar. Acompañados de la mano de nuestro buen amigo Víctor Díaz, windsurfista profesional y local de la zona, nos dirigimos a la playa de Caños de Meca. La verdad es que el mar estaba gigante, daba miedo. Mientras me lo miraba desde la playa, un perro jugueteaba por mi alrededor. Una chica muy abrigada, con un gorro de lana, pasó varias veces por mi lado. Era la dueña del perro y no le di mayor importancia. La verdad es que pensé… menudo día para estar en la playa paseando al perro. Al final, la chica se acercó y me dijo, eres Dani? No entendía nada, cómo una chica me reconoce en una playa tan lejana de mi casa. Al momento por detrás de ella se acercó un chico, y ella me dijo. Soy Cristina, y él es Antonio. No te acuerdas de nosotros? De Bali.
Dios mío! No me lo podía creer! Nos dimos un fuerte abrazo, cargado de emoción y a la vez de sorpresa. Pero que hacéis aquí? No estabais en Santander? Antonio me comentó que habían ido a pasar las navidades para ver a su familia. Grité para avisar a Sergi y Jordi, y fliparon igual que yo. Parecía increíble, los habíamos conocido en un warung de una playa de Bali y ahora 2 años después nos encontrábamos en una playa de Cádiz.

25 agosto 2008
Nos levantamos y parece que vamos a tener un buen surfing. Es el último día de Enric y hay que aprovecharlo al máximo. Fabio se ofrece para hacernos una sesión de fotos. El resultado lo vais a poder valorar vosotros mismos.

Buscando el tubo soñado

Acaríciala Enric, acaríciala

Take off asesino de Sergi

Pégale fuerte Petit!


Tras la sesión conocimos a dos chicas del País Vasco, concretamente de Mondragón. Itsaso y Nerea. Han venido a pasar el día a Balangan. Charlamos con ellas y nos explican que llevan casi un año fuera de casa. Han recorrido Tailandia, Indonesia y ahora se van para Australia y Nueva Zelanda. Sólo tienen 25 años pero cuando hablas con ellas se les notan los kilómetros y las horas de mochila. Cada vez me doy más cuenta que un viaje de este tipo es vital para la evolución, madurez y aprendizaje de todo ser humano.
Enric, baja con su bolsa. Ya está listo, seguro que se ha dejado la mitad de sus cosas como siempre, pero ya se lo recogeremos, como siempre. Nos tenemos que ir al aeropuerto a llevarlo. Quedamos con Itsaso y Nerea en Kuta a la hora de cenar para ir a un japonés que nos han recomendado.
Ya en el aeropuerto, Enric se despide de nosotros con su típica sonrisa de tío tranquilo y feliz. Se tomará un par de pastillazos de esos que le da su padre para el avión y se despertará directamente en Barcelona justo para ir a trabajar.
Nos encontramos con Itsaso, Nerea y una amiga suya holandesa que han conocido durante su viaje. El restaurante está en la calle Legian. Es un japonés muy pequeñito con un estilo súper tradicional. Esperamos un poco mientras nos preparan nuestra mesa. Ya está preparada, nos descalzamos y nos sentamos alrededor. La comida es excelente y la conversación también. Vuelvo a quedarme impresionado con las experiencias acumuladas que tienen estas chicas, con las ganas de conocer, de experimentar, de vivir. Sus padres están al borde del infarto porque hace ya más de un año que no las ven, pero os aseguro que pueden estar bien orgullosos de ellas.

26 agosto 2008
Es nuestro último día en Balangan con nuestra familia balinesa, en nuestro warung. Pro los dioses hoy tienen un regalo reservado para nosotros. Balangan está precioso! Las olas rompen perfectas. Parece que la orientación del swell a cambiado unos grados. Las olas no son tan rápidas como de costumbre y las secciones están más unidas.
Sin pensarlo cogemos nuestras tablas y vamos al agua. Es increíble, estamos solos. Jordi, Sergi y yo. Cogemos olas sin parar uno detrás del otro. Disfrutas del momento al máximo entre risas y añoranza. Sabemos que es nuestro último baño en Balangan y que en un par de días vamos a regresar a Barcelona, a la cruda realidad. También echamos de menos a Enric, por un día no puede disfrutar de este baño con nosotros.
Tras la fantástica sesión, recogemos nuestras cosas, hacemos nuestras bolsas y boardbags, y nos despedimos de nuestra familia balinesa. Estamos todos emocionados, con los ojos vidriosos, los abrazos son sinceros y tengo la sensación que una parte de mi corazón se va a quedar en este lugar y con esta familia para siempre.
Una vez en Kuta, nos volvemos a alojar en el Hotel Arena. Ya lo conocemos, es barato, céntrico y cómodo. Por la noche nos vamos a cenar a nuestro restaurante preferido de Kuta, que sigo sin recordar el nombre pero nosotros lo llamamos el de los raviolis tricolor y la tuna.

27 agosto 2008
Hemos quedado temprano con Fabio. Nos va a hacer un photo shoot en Kuta Reef. Es nuestro último día en Bali y estaría bien tener una buena sesión de fotos. Llegamos a la playa y allí estaba Fabio con su equipo fotográfico. Desde la playa da la impresión que está pequeño pero como siempre hasta que no llegas con la barca no puedes estar seguro. Total que decidimos ir de todos modos para confirmar lo predecible. Está muy pequeño. No vale la pena hacer perder el tiempo a Fabio.
Regresamos a la playa, nos despedimos entre abrazos y risas. Pequeño cabrón! Cuídate mucha y sigue buscando tus sueños! Pura fiesta Fabio! Pura fiesta! La vida es pura fiesta.
Vamos a comprar cuatro regalitos de última hora antes de ir al aeropuerto.

Nuestro viaje está a punto de llegar a su fin, espero que os haya gustado acompañarnos todos estos días. Que hayáis podido experimentar y compartir aunque sólo sea un poquito nuestra felicidad y nuestras vivencias. Que os hayáis divertido, que hayáis podido reír y también pensar en las cosas que son realmente importantes en la vida. Espero que también haya servido para animaros a conocer nuevos lugares, a buscar una excusa para viajar solo o en compañía y encontrar nuevas formas de felicidad.
Sin más, me despido hasta el próximo viaje. No sin antes regalaros un par de capítulos divertidos que faltan por narrar.
El primero os lo prometí con anterioridad, y se titula “La verdadera historia del Hombre Pájaro”.
Y el segundo fue el broche final de nuestro viaje y se titula “Misión Imposible en el aeropuerto de Denpasar”.

La verdadera historia del Hombre Pájaro.
Como todos sabéis a nuestra llegada a Balangan, encontramos alojado en nuestro warung un tipo / personaje / individuo un tanto extraño / peculiar. Utilizo estos términos cuando me refiero a alguien que se tira pedos a cualquier hora, en cualquier lugar y en presencia de cualquiera. Y da igual si estas comiendo, leyendo o durmiendo. Alguien que lleva el bañador siempre 10 cm más bajo de lo normal, enseñando en todo momento la hucha, y por si no tuviera bastante con eso, nos regaló una tarde al más puro estilo Benny Hill. Mientras toda la playa disfrutaba de la puesta de sol, él se dedicó a recoger conchas mientras enseñaba el ojete a su maravilloso público. Me refiero a extraño / peculiar cuando hablo de un tipo que entraba fumando a hacer surf, y que cuando llegaba al pico se sentaba en la tabla, nos miraba a todos mientras saludaba y le daba la última calada orgulloso de su hazaña. En la misma carpeta de sucesos podríamos colocar los días que entraba con una caña de pescar.
Una carpeta a parte tendría la noche de la prostituta. No voy a hacer hincapié en el suceso, ya que sale bien detallado con anterioridad.
No sabíamos mucho de él. Sólo que era australiano, que llevaba ya algunos meses alojado en el warung. Y que todas sus tablas llevaban el logo de una avioneta con el nombre de Birdman, por eso le llamábamos entre nosotros el Hombre Pájaro.
La bomba fue cuando un día vemos bajar a Jordi las escaleras del warung descojonado de la risa. Casi no podía hablar. Y nos dice… cuando escuchéis esto os vais a morir de la risa.
Resulta que saliendo de su habitación se encontró al australiano y empezaron a hablar.
Le hizo las tres preguntas básicas, de donde eres, cuanto llevas en Bali, hasta cuando te quedas? Empezaron a hablar y le explicó que había cobrado una indemnización bastante grande de su anterior trabajo, que ahora tenía la invalidez y que había decidido viajar. Claro, y la pregunta que todos nos hacemos es… y a que te dedicabas?
Era el hombre pájaro en un circo.

Misión Imposible en el aeropuerto de Denpasar.
Llamamos a un taxi desde el hotel para que nos lleve al aeropuerto, el coche de alquiler ya lo hemos devuelto y necesitamos medio de transporte. Pedimos que sea un vehículo grande, ya que somos 4 personas, más maletas y boardbags. Nos aparece una furgoneta huevo al estilo de los dibujos animados de la Arale. Subimos los boardbags en el techo y los atamos con cuerdas. Al llegar al aeropuerto somos todo un espectáculo. Ya sabemos que en Bali todo el mundo va con tablas de surf, pero es que nosotros parece que vengamos de rodar la última película de Rob Machado. Tres boardbags enormes, guitarras, maletas, mochilas, sombreros balineses, etc...
Volamos con Singapour Airlines y a la ida no tuvimos ningún problema con los boardbags. Nada nos hacía presagiar que nuestras últimas horas en Bali iban a ser un infierno.
Cuando nos disponíamos a hacer el check in, el empleado del mostrador nos dijo que teníamos que llevar a pesar los boardbags. Al no ponerle muy buena cara y preguntarle porque teníamos que pesarlos. Se nos acercó un policía o empleado de seguridad del aeropuerto, y nos invitó a acompañarlo hasta la báscula. No sólo se limitó a pesarlos, también registró uno por uno. Con el mío que pesaba 40 Kg. tuvo trabajo, porque al abrirlo empezaron a caer todos los regalos que había comprado para familia y amigos. Pantalones balineses, bolsos, camisetas, collares, pulseras. Más que un boardbag parecía una piñata. Vaya cara puso el puto poli.
Al regresar de nuevo al mostrador el amable cabrón del mostrador nos dijo que teníamos que pagar 650$ por el mío y 600$ por el de Jordi. El tercer boarbag quedaba exento por compartir el peso entre dos personas, Carlota y Sergi.
No me lo podía creer, es una broma, no? Se me empezó a inflar la vena del cuello como un rotulador. Y ya me lo quería comer al cabronazo. Good for you, good for me! This is an airport, not Poppies Lane I!
Jordi me calmó y me dijo que le dejara llevar la negociación, que ya le habían pasado situaciones similares en otros aeropuertos. Teniendo en cuenta que es nuestro hombre más viajero y que mejor dominio del inglés tiene. No podía negarme a ceder el timón.
Nos querían tomar el pelo y sacarse un sobresueldo, eso estaba claro. Era una cuestión de desgaste psicológico de ambas partes y esperar la rebaja a un precio más razonable. Pero el desgaste por su parte no llegaba, el hijo de puta no cedía y el tiempo iba pasando. Faltaban 30 minutos para embarcar. Hasta 25 kg podíamos llevar como equipaje el resto era exceso y teníamos que pagarlo y muy caro. Yo ya estaba de los nervios, me veía cogiendo del cuello al capullo ese y acabando en comisaría. Tenía que quitar peso como fuera. Fui a una tienda del aeropuerto y compre una bolsa enorme de mano. Le pregunté a las chicas de la tienda si la podría subir como equipaje de mano y me dijeron que sí. Cogí mi boardbag y lo arrastré de nuevo hasta la báscula. Metí todos los regalos y demás cosas sueltas dentro de la bolsa hasta que la báscula marcó 25 kg. Eso quería decir que la bolsa pesaba 15 kg. El policía no me quería dejar, no paraba de decirme que no podía hacer eso. Yo le decía que me dejara en paz que me iba a subir a ese avión sí o sí.
Jordi hizo lo mismo con una bolsa de deporte que llevaba. Retiramos los boardbags y los metimos en la cinta del equipaje. El empleado del aeropuerto no paraba de repetir que eso no lo podíamos hacer. Cada vez quedaba menos tiempo, Carlota y Sergi ya tenían su tarjeta de embarque. Les dijimos que se fueran, que cuanta menos gente vieran mejor. Les dimos las guitarras y alguna bolsa de mano. Jordi y yo nos quedamos discutiendo con aquel cretino para que nos diera nuestra puta tarjeta de embarque. Al final nos las dio, pero escuché como avisaba por el walky talky al siguiente control del incidente. Decía que llevábamos una bolsa enorme de color naranja. En cuanto los perdí de vista, regresé a la tienda donde había comprado la bolsa y le pedí a las chicas que si me la podían cambiar por una de color azul. Las chicas no entendían nada. Les pedí también que metieran todas las cosas de una a otra. A cambio de una pequeña propina.
Bien la bolsa naranja ya había desaparecido. Nos encontrábamos a punto de llegar al segundo control, entrar en un lavabo y cambiar de ropa tampoco era una mala idea. Como en las pelis de espías. Pasamos el segundo control, no nos mirábamos entre nosotros ni nos decíamos nada, para parecer que viajábamos solos y no en grupo. Parecíamos los de Ocean´s Eleven.
En el tercer control pararon a Sergi por mi guitarra. Le decían que no la podía llevar en cabina, yo le hacía señas desde lejos diciéndole que la dejara si era necesario. Era una guitarra de 60$ y ya estábamos a punto de conseguirlo. Al final de dejaron pasar gracias a un rollo que le soltó diciendo que era músico.
Por fin estamos sentados en el avión. Parece que vamos a volar a Barcelona, pero que nuestras tablas viajen con nosotros es otra historia. Tendremos que esperar…
Al final si que llegaron la tablas, pero no le deseo a nadie el mal rato que pasamos en el aeropuerto. Está claro que volar con las tablas de surf cada vez está más difícil y en según que países te puede jugar una mala pasada.

1 comentario:

blanks dijo...

La historia del cumpleaños me ha hecho llorar, un gesto precioso por vuestra parte.
Todos recibimos desde pequeños regalos de cumpleaños, lo celebramos por todo lo alto y es algo normal para nosotros, pero no nos damos cuenta de que hay miles de niños que jamás lo han podido celebrar, ni lo celebrarán.
Solo tengo una pregunta, ¿cómo os pagais tantos viajes por el mundo?